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Identificación temprana del cancer infantil ¿Cuándo sospecharlo?

Actualizado: 7 abr 2023

El cáncer consiste en el desarrollo de células anormales que se dividen y crecen sin control en cualquier parte del cuerpo. Las células normales se dividen y mueren durante un tiempo programado, en tanto que las células malignas no mueren y se dividen casi sin límite, convirtiéndose en masas llamadas tumores que, al expandirse, destruyen los tejidos normales.

Hay casos en los que estas células se concentran en una sola área del cuerpo, otras veces se desplazan por toda la sangre y/o por el sistema que defiende al cuerpo de las infecciones o sistema linfático.

El cáncer infantil comprende numerosos tipos de tumores diferentes que se desarrollan en niños de 0 a 18 años. Los tipos más comunes son la leucemia, los tumores del sistema nervioso, el linfoma y los tumores sólidos como el neuroblastoma, el tumor de riñón y los tumores de hueso. El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en la niñez y la adolescencia. Se presenta con frecuencia de forma inespecífica, simulando otras enfermedades frecuentes y de curso benigno. Este hecho, asociado a su baja aparición, dificulta la sospecha y el diagnóstico de cáncer. Sin embargo, un diagnóstico precoz y una rápida derivación del paciente a un centro especializado pueden reducir su mortalidad e incluso curar.


El cáncer infantil es la segunda causa de mortalidad a partir del primer año de vida, después de los accidentes.

Los factores de riesgo que se han relacionado con la posibilidad de que un niño padezca cáncer son variados y se pueden encontrar:

  • Radiación ionizante: La exposición a rayos X durante el embarazo podría aumentar el riesgo de cáncer de los niños producto del embarazo.

  • Sustancias químicas y medicamentos Aunque no se ha demostrado de forma concluyente, algunos medicamentos podrían tener efectos carcinogénicos en los niños cuando son administrados a la madre durante el embarazo; un ejemplo es el dietilbestrol, que se utilizó en los años setenta. Asimismo, la exposición a plaguicidas se ha asociado con leucemia, linfoma no Hodgkin y neuroblastoma, mientras que solventes como el benceno representan un factor de riesgo de leucemia en niños. El componente N-nitroso que se encuentra en algunos alimentos curados y el tabaco consumidos durante el embarazo pueden inducir tumores del sistema nervioso central (SNC), en tanto el alcohol y algunos diuréticos usados durante el embarazo han sido vinculados a tumores infantiles como neuroblastoma y tumor de Wilms.

  • Factores biológicos: Algunos virus como el virus de Epstein Barr, virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), hepatitis B y C, virus linfotrópico humano tipo 1 (HTLV1) y el papiloma virus están asociados con cánceres específicos, según el virus y los tejidos que afecta

  • Factores genéticos y familiares: cuando hay antecedentes de cáncer en la familia pueden aumentar el riesgo que los niños lo padezcan.Entre los factores de riesgo familiares, No todos los tumores embrionarios son heredados, pero el retinoblastoma y el tumor de Wilms bilateral son los más importantes. Por otro lado, algunos padecimientos genéticos predisponen a padecer cáncer, como los niños con síndrome de Down, quienes tienen una frecuencia 20 a 30 veces mayor de padecer leucemia aguda; los niños con síndrome de Klinefelter, con un riesgo 20 veces mayor de tener cáncer de mama y luego un riesgo 30 a 50 veces mayor de presentar tumores de células germinales en mediastino.

Una sintomatología aparentemente benigna, pero de presentación atípica o curso crónico e inusualmente de difícil manejo puede ser el inicio de un Cáncer.

Los padres y cuidadores son las personas que comparten más tiempo con los niños, por eso es importante que conozcan cuáles con los signos y síntomas de alarma que nos hacen sospechar la presencia de cáncer, para así consultar de manera temprana con el pediatra:

  • Crecimiento anormal del abdomen

  • Fiebre sin motivo que no cede con medicamentos o se prolonga por mas de una semana

  • Dolor de cabeza frecuente, lo despierta al dormir

  • Moretones repentinos sin justificación

  • Sangrado en encías o nariz sin razón aparente

  • Perdida frecuente del equilibrio o mareo espontaneó

  • Cambio inesperado del comportamiento

  • Dolor persistente de huesos y articulaciones

  • Masas o bolitas en el cuello, las axilas o ingles; duros, mayores de 2.5 cm (una moneda, un mamón) y de duración mayor a 4 semanas

  • Perdida evidente e inmotivada de peso

  • Alguna anormalidad en la visión o los ojos

  • Aumento de volumen de alguna región del cuerpo

  • Sudoración nocturna sin causa aparente

  • Palidez en las palmas de las manos o conjuntivas

  • Cansancio o fatiga fácil en los últimos 3 meses.

Referencia: revisión realizada Dra. Jenny Carolina García Ramírez

-V. Losa Frías, A.M. García Sánchez, P.I. Navas Alonso, M. Zamora Gómez. Detección precoz de cáncer en Atención Primaria. Pediatr Integral 2012; XVI(6): 441-452.

-Diagnóstico temprano del cáncer en la niñez. Washington, DC : OPS, 2014.

-Guias Minsalud. La salud es de todos


Si tienes más preguntas sobre este tema, contáctate conmigo en reyba8@gmail.com

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